El famoso elixir de santa María-Juana ha perdido el esplendor que tuvo tiempo atrás, hasta el punto de poner en riesgo la economía de la comunidad.

Con las ventas en la tienda del convento, de los productos elaborados por las hermanas, se financian las obras de caridad que llevan a cabo.

Pero las ventas del famoso elixir han caído en picado y en la actualidad solo lo compran una pareja de ancianos.

Cuando fallece la hermana encargada de la destilería del convento, Sor Inés, una novicia revolucionaria, la reemplaza en este delicado cargo y se las ingeniará para renovar la fórmula del elixir que da nombre al convento y así relanzar las ventas.